domingo, 28 de abril de 2013

Querida yo: ¿Hacemos las paces?

El viernes pasado fue el peor día que recuerdo desde que empezó todo esto. Cuando todos tenemos un día malo lo recordamos como el peor así que igual mi apreciación no es muy válida, pero bueno, que fue un día malo y no porque me encontrara mal o me doliera algo, lo que lo hace más horrible todavía, estaba mal porque estaba triste y "de bajón" y aunque la estimulina en pastillas me hubiera venido a las mil maravillas estaba yo en el típico día que ni un abrazo de tus padres te devuelve el ánimo.

Lo peor de todo es que el detonante de mi día vino por perderme en coche cuando iba camino del hospital a ver a mi psicóloga (a la que tenía muchas muchas ganas de ver porque estos últimos días ya sentía yo que necesitaba verla más de lo normal). El caso es que perderse puede parecer una simpleza, pero en ese momento me sentí indefensa, pequeñita y aunque a muchos os pareceré una exagerada, me vi derrotada por un millón de carteles que me indicaban que hiciera lo que hiciese no iba a llegar, por coches pitándome, por una situación que no controlaba y que lo peor de todo me estaba superando.

Derrotada, tal y como me sentía, avisé a Guada de que no llegaría (aunque me consta que ella hubiera esperado mil horas a que yo llegara) y me volví a casa para que empezara mi dia horribilis. Nada, nada y nada iba a ir bien ese día. No iba a ver a Ernesto, mi hermana justo ese finde no estaba, mis santos padres aunque me hubieran traído a Sergio Ramos no hubieran conseguido que hubiera salido de mi guarida (así es como apodo cariñosamente a mi cuarto).

Nota: ACABO DE MENTIR. Si mis padres me traen a Sergio Ramos no sólo salgo de mi guarida, si no que lo hago con un traje "apretao" de esos que quitan el hipo y le invito a que se venga a mi guarida (Lo siento Ernesto, recuerda que lo importante es que me anime...)

En fin, que me enfadé con el mundo. Me enfadé con mis amig@s que me llamaban y querían quedar, me enfadé con los que el viernes no se acordaron de mi, me enfadé con Ernesto por no venir a verme y me enfadé con él por no dejar de llamarme por teléfono y querer venir a verme, me enfadé conmigo por tener un día malo, me enfadé conmigo por no dejarme tenerlo...

Seguramente lo estáis leyendo y me consolará saber si más de uno tenéis o habéis tenido un día de estos y me entendéis. Ahora le sumamos a esto que mi cuerpo está como quiere y va a su aire. Y a pesar de que las primeras células que la quimio atacaría de mi cuerpo son los óvulos y de ahí mi extracción de óvulos, etc... Me ha venido la regla!! SOY ORIGINAL HASTA PARA ESTO. "Querido cuerpo si tu intención es ver donde está mi límite...lo estás haciendo genial".

Y le sumamos también que en cuanto me quito la peluca estoy más agusto pero mucho más triste porque mona, mona, lo que se dice mona...pues no estoy, aunque Ernesto se empeñe en llamarme "pelonchi" cariñosamente.

Y también le sumamos que mis cejas se están cayendo también poco a poco y las inseguridades cada vez están más presentes en mi día a día...Y tengo miedo, preocupaciones...Y NO TENGO GANAS DE NADA.

Nota: Para más faena mi Iphone decidió petar asi que si me escribisteis un whats app y no he contestado os pido que me volváis a escribir porque se me reinició el móvil y no tengo los mensajes y por eso no he contestado.

Pero bueno, como siempre y después de maldecir mi vida y de cagarme en todo...llega el día siguiente.

Y Ernesto sale de trabajar y viene a rescatarme de mi guarida (sin Sergio Ramos, que se le debió de olvidar al chico). Y me pongo mona y me voy a verle jugar un partido de fútbol y a cenar por ahí. Y a salir un ratito sólo porque le hacía ilusión a él y no quería defraudar a sus compañeros de trabajo que tienen muchas ganas de verme y que me hicieron sentir guay.

Y entonces hago llorar de alegría a mi amiga Alejandra porque aparezco en el bar donde quedamos siempre para felicitarla por su 26 cumpleaños porque ella sabía que estaba mal y yo no le dejaba ayudarme. Y entonces me pongo a bailar, y a hablar con la gente y me permito reírme...

Y aunque os confieso que hoy tampoco ha sido un día de los buenos, he decidido darme una tregua. Si no por mi, por mis padres y su insaciable paciencia, por mis abuelos y sus "¿seguro que estás bien hijita?", por los momentos oportunos de Nerea para decirme que me quiere, por los mensajes de Guada que no puedo abrir porque me hacen llorar un montón, por las 200 llamadas no contestadas a Lety y a María, por mi rechazo a la visita de María y Raquel, por las tonterías que dice Ernesto para hacerme reir, por el sombrero de Guio, por el "ánimo chiqui" de Marina...he mirado al espejo pensando en que mañana viene otro chute y que aún queda mucho camino asi que:

"QUERIDA YO: ¿HACEMOS LAS PACES?"

miércoles, 24 de abril de 2013

Ay Olguita, ¿cómo hemos llegado a esto?

Esta pregunta me la hago casi a diario cuando me quito la peluca y me veo "pelona" delante del espejo.

Pero antes de ponerme trascendental y contaros cómo han ido estos días os comunicaré que este lunes ¡¡SI ME HAN PODIDO DAR LA QUIMIOTERAPIA!! y que además me han puesto mi temido Zometa que es la medicación que me ponen para fortalecerme los huesos, que me ponen una vez al mes y que la primera vez que me la pusieron me hizo estar dos días en la cama con tiritona y con fiebre. Por lo que después de dos semanas sin ponerme la quimioterapia más el Zometa comprenderéis que antes de ponerme la medicación ya le estaba diciendo a mi madre que hoy iba a estar malísima y que quizás no estaba preparada para recibir la medicación.

Y ahí estaba mi madre, que por fin le tocaba acompañarme a la sesión de quimioterapia, para decirme su ya habitual "tranquila Olgui" que nadie puede discutirle. Y esta vez, quizá por la tranquilidad y el sosiego que sólo puede transmitirte una madre y porque empecé a darme la quimioterapia más tarde de lo normal, me tiré prácticamente todo el rato que tardaron en darme la medicación durmiendo plácidamente, siendo interrumpido mi sueño por los pitidos que indicaban el cambio de botecito de medicación que entre los míos y los de mis compañeros no os creáis que podía dormir mucho. La comida esta vez corrió por cuenta de Ernesto que aunque esta sesión iba a ser su "día libre" no se olvidó de tener un detalle más y traernos unos sandwiches para que comiéramos mi madre y yo, que nos montamos un picnic en el hospital de día digno de dos reinas.

Antes de toda la sesión, me tocó reunirme con la supervisora de enfermería Tatiana, quien está a mi lado en todo este proceso no sé muy bien si por el ensayo al que pertenezco o porque lo hace con todos los pacientes pero he de decir que es un placer poder hablar con ella, recibir sus consejos, contarle mis preocupaciones...No sé si esto lo leerá alguna vez pero quiero que sepa que estoy muy muy agradecida.

Y también lo estoy con los oncólogos que me llevan porque son un gran equipo y lo mismo me contestan un email un domingo por la tarde en el que asustada sólo buscaba una palabra de aliento (la cual recibí) que me cogen del brazo para transmitirme cariño y fuerza (que también recibí).

Y lo mejor de todo es que hoy martes después de haberme dado la quimio y el Zometa debería estar reventada, con poca ganas de comer, cansada, con tiritona...Y ME ENCUENTRO GENIAL. Ayer estuve más cansadita pero hoy he comido estupendamente, he ido al sitio donde compré la peluca para lavarla y que me la pusieran a punto e incluso me ha dado tiempo a tomarme un Nestea con mis amigas, ¿qué más se puede pedir?

Respecto a la frase que da título al post de hoy "Ay Olguita, ¿cómo hemos llegado a esto?" ya os decía al principio que me la he hecho bastante esta última semana que no ha sido la mejor desde que ha empezado todo esto.

Las defensas bajas que no me dejaban darme la medicación, el cambio físico del pelo y las cejas que aunque a muchos no es muy perceptible a mi cada día me afecta más, y el darte cuenta que en muchas cosas aunque yo no quiera no soy igual a los demás.

Pero a la vez intento levantarme cada día, hacer planes, ponerme guapa, alegrarme e ilusionarme por pequeñas cosas...y aunque lo que realmente me preocupa es no saber por qué me ha tocado a mi llegar a esto después de hacerme esta pregunta miro a mi familia, a mi chico, a mis amigos...y me consuelo yo sola diciéndome: VENGA OLGUITA, QUE SÓLO ES UN MAL AÑO.





viernes, 19 de abril de 2013

Alma de fiestera

Lo reconozco, me encanta salir de fiesta. No, en serio, muchos no me conocéis pero de verdad que si hay una fiesta raro es que yo no esté en ella. Además soy de las que se entregan y suelo ser de las últimas en irme a casa (a pesar de que a mi madre al día siguiente le aseguro que me fui de las primeras y que no se queje por la hora, pero no os preocupéis que ella me conoce...)

Las fiestas que organizamos mi hermana y yo cada año para celebrar nuestro respectivos cumpleaños son recordadas por todos nuestros amigos como grandes fiestones y doy fe de ello con la pedazo de fiesta que organicé hace dos semanas para celebrar mi 26 cumpleaños y que desde aquí aprovecho para dar las gracias de nuevo a todos los que hicieron que esa fiesta fuera posible.

Además de mis habituales salidas los fines de semana (que para mi quedarme en casa un viernes es un agobio) hay fechas en el año que ya tengo cerradas como grandes eventos:
- Las fiestas de mi adorado Morata de Tajuña (las de Septiembre, San Isidro, La Constitución...)
- Las fiestas de Guardamar
- Las fiestas de Rivas
- Y muchas más que ahora mismo no recuerdo.

Ahora, tras diagnosticarme la enfermedad, mi vida ha dado un giro de 180 grados. Tengo que llevar una vida más tranquila, no puedo beber alcohol, que no es que fuera yo una alcohólica, pero salir de fiesta a base de Trinaranjus y Nestea es como ser vegetariana e irte a un buffet de chuletón argentino, te sientes como que no pegas.

Nota: Quiero aclarar que salir de fiesta me gusta porque bailar me chifla, me encanta eso de encontrarme a 500 personas y saludar y tirarme un rato hablando con gente, no es sólo por tomarme una copa.

Por eso y adaptándome a mi nueva vida, trato de hacer planes diferentes que no se basen en salidas nocturnas y que con ellos pueda ver a esas 500 personas a pesar de no tener reggaeton como banda sonora.

He descubierto además que mi vida no dista mucho de la del resto de mi gente. Es decir, que aunque a mi me parezca algo fuera de lo normal, no todos mis amigos dan su vida por salir los fines de semana y los planes que yo considero "más tranquilitos" a la mayoría de ellos les resulta mucho más apetecibles que salir de fiesta. A mi señores, todavía me cuesta pero igual en unos meses no echo tanto de menos la fiesta.

También muchos han cambiado esa vida voluntariamente por mi y me hacen creer que si antes salían más de fiesta era porque yo les arrastraba...Si con ello querían hacerme sentir importante y bien, ¡conseguido! (espero que los culpables se den por aludidos).

Por todo esto, mi agenda de MINISTRA (tal y como me apodan la mayoría de mi gente porque siempre que intentan quedar conmigo les doy cita para la semana que viene) está repleta de cenitas, de comidas los fines de semana, de ir a los pueblos de mis amigos a pasar los fines de semana, de conciertos de De Otra Manera, de visitas a las sobris de mi amiga María...y he decidido relegar a un segundo plano a las discotecas aunque cuando la ocasión lo merezca iré sin problemas a pesar de que en mi mano en lugar de un ron con coca cola tendré una coca cola como lo más arriesgado.

Pero bueno, que los planes tranquilitos también tienen su aquel y te da ocasión a disfrutar más de la gente y a conocer mucho mejor a quienes no conocía tanto y a darme cuenta de lo grandes que son mis amigos y lo afortunada que soy de tenerles cerquita.

Dedicada en especial a Pablo, una de las personas con la que compartí el sábado pasado en Rienda que es un pueblecito de esos que te conquistan y que quieres volver una y otra vez, os enseño esta fotito de uno de mis planes tranquilitos pero que me conquistaron. Gracias a Pablo, Alberto, Ale, Guio, Ernesto y María porque fue un sábado genial que me cargó de pilas a pesar de que María se olvidara las llaves del pajar...


Por cierto, no quiero que después de este post se os pase a nadie por la cabeza que no voy a acudir a mis citas anuales de fiestera, PORQUE AUNQUE SEA A BASE DE REFRESCOS NO VOY A FALTAR.

Y preparaos porque en cuanto me ponga bien...LA FIESTA QUE VOY A MONTAR SALDRÁ EN LOS PERIÓDICOS y recuperaré mi vida normal porque aunque las circunstancias hayan cambiado un poco yo siempre tendré Alma de Fiestera.



miércoles, 17 de abril de 2013

Mis defensas siguen bajas... y mi ánimo se ha unido a ellas

De nuevo este lunes no fue un día afortunado. Con la mejor de mis sonrisas y con muchas ganas porque la semana pasada no pude darme la quimioterapia llegué a hacerme los análisis previos para que me dieran el ok a la medicación. Ya empezaba el día contenta porque me reencontré en la puerta de oncología con una amiga del cole a la que no veía desde hacía años y que se acercó súper cariñosa a saludarme (aprovecho desde aquí a decirte que me hizo mucha ilusión Carmen, y que nos vemos en dos lunes). Además, era el día del 26 cumpleaños de mi amiga Alba, una de las personas más importantes de mi vida y que había decidido acompañarme en su día a la quimioterapia algo que me hacía mucha mucha ilusión (aunque dado que la semana pasada no me habían podido dar el tratamiento le dije que la avisaría para que viniera cuando me confirmaran si me daban la quimio o no, y es que algo me olía yo...).

Total, que no me enrollo más: ESTA SEMANA TAMPOCO ME HAN PODIDO DAR LA QUIMIOTERAPIA PORQUE TENGO LAS DEFENSAS BAJAS.

Tal y como muy bien me explicó mi oncóloga (tengo oncólogo y oncóloga para los que me leéis y penséis que quizás pierdo el norte) para que me den la medicación tengo que tener las defensas en 1500 y yo no llego a 800...

Insisto en que estas semanas tengo mogollón de fuerzas, estoy comiendo de maravilla, duermo perfectamente...pero eso no es suficiente. Y no puedo hacer nada. Mi médula va a su rollo y no crea defensas (he pensado en irme al SuperSol de al lado de mi casa y comprar todas las existencias de Actimel que haya y pasarme el domingo "Ayudando a mis defensas" pero no sé si mi médula se lo tomará como ayuda o como que la estoy retando e igual se rebela que es muy chula ella, como yo).

Mi oncóloga, viendo mi cara de desolación, me dice: "No te preocupes Olga, en una chica joven y delgada como tú puede ser normal que esto ocurra" y aquí va mi olgada del día: para los que no me conocéis yo SOY RELLENITA. No soy gorda, es verdad, pero mis curvas las tengo, no voy a negarlo y si algo me caracteriza físicamente no es estar delgada (tranquila abuela que ni la quimioterapia me hace adelgazar, tú no te preocupes). Entonces comprenderéis el ataque de risa que me provoca que mi oncóloga me califique como joven delgada, aunque creo que era un intento de animarme, por lo que desde aquí le agradezco que fuera tan resalá.

Ernesto, a mi lado en este momento angustioso en el que me sentía como a los que no cogen en el casting de Operación Triunfo, le preguntó a la doctora si yo podía hacer algo para que las defensas subieran. Ella contestó que no, que no depende de que coma algo o duerma más... Que me suban las defensas depende de que mi médula las produzca. Y aunque eso me preocupa y me provoca rabia porque no depende de mi, me consuela por otro lado y os explico el por qué. Ernesto, a quien adoro y quiero, es la persona más pesada e insistente del mundo, y si la doctora llega a decir por ejemplo que las lentejas me suben las defensas me saldrían por las orejas y sería capaz de levantarme a las 3 de la mañana para que comiera lentejas y así hacer que mis defensas suban.

Así que en esa situación me encuentro. Estoy bien, físicamente me encuentro bien aunque me queden 3 pelos en la cabeza, pero mis defensas no suben asi que encontraréis lógico que mi ánimo esta semana se esté yendo con las defensas para abajo.

Pero no me he dado cuenta de que estoy tristona hasta que Guadi, mi psicóloga, me lo ha sacado hoy después de una extensa y productiva sesión en la que he terminado llorando a lágrima viva que falta me hacia porque yo soy de llorar cada tres días más o menos en mi vida normal y desde que me diagnosticaron el cáncer estoy llorando semanalmente y mira tú que eso no es bueno, porque hay que sacarlo todo para fuera que dentro te agobia y te da esa sensación en la garganta como si se te hubiera quedado un crispi atravesado.

Por eso, después de tomarme algo con mis amigas en una de esas tardes que me vuelven loca en las que te juntas en una terracita a tomar algo y cuentas tus males y te ríes sin parar, he llegado a casa, he hecho mi ritual de enjuagues y cremas para subsanar los efectos secundarios de la quimio, estoy en la cama escribiendo y he decidido que tengo que tengo que intentar que esto no me haga estar más baja de moral.

Para animarme he buscado en Internet los dos posts de mis amigas blogueras en los que hablaban de mi y que os pongo para que leáis porque me hace ilusión y que son culpables de que me lanzara al mundo de los blogs: 


¡Gracias chicas! Cuanto más los leo, más me gustan y emocionan.

Y ahora voy a cerrar los ojos y a dirigirme a mis defensas y decirles algo que hago cada noche desde el lunes: "VENGA CHATAS, VENIRSE PARA ARRIBA QUE ME TENÉIS FRITA".

Y esta foto os la debía, podréis observar que en los huesos no estoy y que como me decía hoy mi amiga Berta "mientras no borres la sonrisa estarás preciosa"


Nota: A más de uno, incluída yo misma, le ha sorprendido cómo me queda el pelo corto salvo a mi amiga Paula quien vaticinó que me quedaría como un guante.

miércoles, 10 de abril de 2013

Llegó el día de cortarme la coleta...

El lunes, después de mi ajetreado fin de semana, llegaba una nueva sesión de quimioterapia. Madrugué, me fui al hospital con Ernesto, mi hermana y mi amiga Ely para hacerme los análisis previos a la quimioterapia y desayunar. Volvimos a la sala de espera del hospital para esperar a que me dieran los resultados de la analítica para saber si podría darme la quimioterapia o no y por ahí apareció también otra amiga, Ana, una de las personas con las que más me río y con la que me he reencontrado en parte por culpa de ponerme malita asi que comprenderéis que es algo de lo que me alegro. Estábamos allí en la sala de espera con un ataque de risa de esos en los que no puedes parar de reirte y que se te caen los lagrimones cuando me llamaron para darme los resultados de los análisis.

El resultado: estaba baja de defensas por lo que no me podían dar la quimioterapia y se me interrumpe todo el tratamiento una semana que se me deja para recuperarme. En el momento me asusté un poco, ¿cómo va a estar una persona con las defensas bajas si te bailo el gangam style (o como se escriba) o te hago un zapateao aquí que te quita el sentío?...una persona con las defensas bajas no está con ataques de risa...

Pero como la profesión va por dentro cogí mis papeles y me fui a comunicarle a mi cortejo que nos íbamos a casa. Ernesto preocupado, mis amigas no entendían nada...mi hermana cogió la batuta (algo que nos gusta mucho a las mujeres de mi familia) y fue a enterarse bien de por qué no me daban la quimio y le explicaron que no había que preocuparse, simplemente hay que estar pendiente para que me lo pueda dar la semana que viene.

Nota: en este momento es cuando he entendido la importancia de los análisis previos a la quimioterapia porque son los que indican que estás perfecta para que te den el chute.

A pesar de que con muchísimo cariño una de las oncólogas me había explicado el porqué, y las enfermeras no dejaron de repetirme que era algo que solía pasar, hasta que no me crucé con mi oncólogo por un pasillo y de su propia boca escuché "No te preocupes Olga que te prometo que no pasa nada" no respiré tranquila. Nunca he dado el nombre de mi oncólogo porque no sé si él quiere que le nombre públicamente (prometo dedicarle un post entero porque es una eminencia en la medicina y una parte importantísima en mi viaje) pero sin duda lo más importante para mí de él es que CONFÍO PLENAMENTE EN ÉL, y si él me dice que no me preocupe, yo me tranquilizo y respiro. "Lo que me extraña es que con todos los que te acompañan diga un papel que tienes las defensas bajas" y encima gracioso doctor (y según mi amiga Ely muy atractivo).

En fin, que mi día cambió y en lugar de ponerme la quimioterapia aproveché la visita de Ely y Ana y nos fuimos a tomar algo por ahí, para después de comer en casa de los abuelos de Ernesto realizar una de las cosas a las que más miedo tenía pero que claro, tenían que llegar y retrasarlo más empezaba a no tener sentido.

Como siempre, Ernesto de mi brazo (no se qué sería de mi si no te tuviera) y en el otro, esta vez fue el turno de Camacho y Guio. Nos fuimos a la peluquería donde trabaja Salomé quien ya os expliqué en mi cadena de favores que era mi peluquera particular además de la hermana de Camacho, y decidí que había llegado el momento de cortarme la coleta.

Bueno, no os miento, allí lloramos todos. Pero tengo un momento grabado que no voy a olvidar. Cuando Salomé acabó y yo me levanté de la silla fui directa a Ernesto tratando de contenerme las lágrimas. Entonces él dijo: "Suéltalo enana, no tiene sentido que lo aguantes" y entonces rompí a llorar, sin importarme que había gente mirando, sólo pensando que tenía a Ernesto sujetándome y no me di cuenta de lo más bonito. Según tenía a Ernesto abrazándome pude sentir como Camacho, Guio y Salomé se unían al abrazo y me sentí muy, muy arropada.

"Te juro que estás super guapa" me decía Ernesto; "Te queda super bien el pelo corto porque tienes una cabeza muy bonita y muy uniforme" me dijo Guio; "El pelo corto te sienta genial por la forma de tu cara" me explicó Salomé...

Después quedamos con mi mami en el sitio donde tenía la peluca reservada para que me la pusiera ya. Mi madre que no me había visto con el pelo corto porque yo me había plantado un pañuelito me vio entonces y claro, no cuenta porque existe el amor de madre, pero dijo que me veía super guapa.

No me dio casi tiempo a hacerme a la idea de que llevaba una peluca, salvo por el picor que era un poco insoportable, cuando me vi en el plató de Gran Hermano junto a Paula, Mari Mar, Andrea y Frida como parte del detallazo que mi amigo Pikachu tuvo conmigo al conseguir que fuera a ver el programa en directo porque sabe que me encanta ¡Gracias pekeño!

A pesar de que el día de ayer tuvo sus cosas buenas y malas, os tengo que confesar que hoy no ha sido un buen día. Y no porque me cueste mirarme al espejo porque la verdad es que no estoy tan mal. Hoy no ha sido un buen día porque empiezo a tener más presentes los efectos secundarios de la quimioterapia, porque pelo ha sido un punto muy importante, porque hoy no tenía gana de hacer nada, porque hoy no...

Pero de nuevo ellos ahí. De nuevo mi madre comprándome cremas para evitar que la cara se me escame, mi padre haciéndome bromas cada 3 segundos y medio (y SÍ, consigue hacerme reir), mi hermana hipotecando su vida para pasar la tarde conmigo peleando porque meriende y no duerma a todas horas a pesar de que no pare de repetirla que me cae mal, Ernesto viniendo a mi casa a quitarme el pañuelo y a repetirme que a pesar de yo verme horrible él no dejará de quererme y de verme preciosa...

Y mi amiga Celia mandándome un vídeo en el que sale bailando para hacerme reír, otros muchos entendiendo que no les coja el teléfono porque no quiero hablar y no por ello se enfadan, la madre de Ernesto intentando hacer que hable con ella a pesar de no tener ganas, mi tío haciéndose pasar por mi prima pequeña al teléfono para hacerme reír y mi abuela....QUITÁNDOLE EL IPAD A MI ABUELO PARA MANDARME UN MAIL QUE NO SÉ MUY BIEN CÓMO HA CONSEGUIDO ENVIAR PERO CON EL QUE HA LOGRADO QUE COGIERA EL TELÉFONO Y LA LLAMASE.

Y prometo una foto con mi pelo corto aunque lo siento si todavía no estoy preparada para ello...



domingo, 7 de abril de 2013

Un cumpleaños imposible de olvidar

Todo el día durmiendo. Éste ha sido el resultado después de mi FIESTÓN de ayer, porque no existe una definición mejor para lo que ayer viví.

El día empezó como suelen comenzar los días importantes...MAL. Resulta que me disponía a ducharme para irme a comer a casa de Ernesto porque era el cumpleaños de su hermana y teníamos comida familiar y en la ducha pasó una de las cosas a las que más miedo le tengo de esta enfermedad: la pérdida de pelo. Resulta que hasta ayer todo el mundo me preguntaba "¿Y cuándo piensas cortarte el pelo?" y yo siempre decía "Pues estoy aguantando porque no se me está cayendo nada y no quiero adelantarme" Pues toma por hablar. La fiesta de ayer era mi evento más esperado en mucho mucho tiempo, porque no pretendo estar malita ningún cumpleaños más, y se me tiene que empezar a caer el pelo de manera más que notoria justo ese día. Como ya os he dicho mil veces, en este blog quiero reflejarme tal y como soy. ¿Os podéis imaginar el grado de disgusto que tenía? Y aunque en estas líneas la mayoría de las veces refleje que soy una niña encantadora...cuando algo me duele, me preocupa...SOY INSOPORTABLE (increíble, eh? pero podéis preguntar a mis papis, a mi hermana, a Gorka o a Ernesto y os explicarán que Hulk se apodera de mi y soy lo peor. LO SIENTO) Pero no es de ahora, me ha pasado siempre y siempre mi familia respira y aguanta porque con la misma facilidad con la que me enfado y grito, me arrepiento y pido perdón, y en una situación como ayer que estaba muy tristona porque mi pelo decidiera caerse justo en mi día, me entendieron, contaron hasta 10 y me abrazaron. GRACIAS UNA VEZ MÁS!!

Además, tal y como no paraban de repetirme, ya sabíamos que se caería, pero de repente me pareció que era demasiado pronto, que me había pillado sin estar preparada pero claro es que por mucho que me haga la dura, para esto no estoy ni voy a estar preparada nunca. Quiero agradecer al padre de Ernesto, a Juan, cómo me regañó y me repitió una y otra vez que esto al final será lo que menos me preocupe porque crecerá, pero que mientras ahí están todos para arroparme cuando me entren los bajones.

En fin, que siguiendo en mi línea de no parar, terminé de comer, me fui al partido que jugaba Ernesto como cada sábado en un equipo del barrio para dejarme la voz animándoles y que ellos consiguieran que durante una hora me centre en el tiempo que dura el partido, en las faltas, en los goles (que Ernesto me dedicó dos, es un campeón)...Después intenté dormirme un rato pero los nervios por la fiesta de esa noche podían conmigo así que me puse a ver Aída (luego entenderéis por qué destaco esto) y entonces vino el gordi para decirme que en ese momento iba a hacer una de las pruebas de amor más importantes que ha hecho en estos 5 años (no me pidió matrimonio, para los más ilusos, ya que el título del post hubiera sido me caso)...SE HA RAPADO EL PELO AL 0 para así conseguir que yo estuviera más pendiente en si su pelo volverá a salir que el mío. Tengo que advertiros que está guapísimo y que sólo por lo comprendida que me siento cada vez que le miro...También he de comunicaros que Camacho, uno de nuestros mejores amigos, también se ha rapado y lo de Ernesto lo llego a entender pero lo de Camacho es también amor del bueno, eh? GRACIAS ENANOS, estáis preciosos!!

Y bueno que me enrollo y muchos estaréis pensando que soy una pesada...Releyendo el post me doy cuenta que no es el mejor escrito...pero sí el más sentimental, os lo aseguro.

Me fui a casa de mi hermana, nerviosita perdida, para poder arreglarme y salir desde ahí, ayudada por una personal assistant que no paraba de decirme lo guapa que iba y me animaba a que me peinara sin miedo(no sé si puedo decir quién es)y que se partía por mi mezcla entre Terelu y Malú. De ahí me fui directa al Tekendama, una discoteca que hay en Rivas y desde aquí aprovecho a darles un millón de gracias a Juanfri y a Alberto que se encargaron de hacer que todo estuviera controlado y fuera perfecto, que me trataron con muchísimo cariño y que me hicieron sentir como en casa.

Me veo incapaz de explicar con palabras cómo me sentí ayer y si os confieso que estoy terminando de escribir este post con lagrimones en los ojos entenderéis todo. Mi hermana, Ernesto y mi cuñado Gorki hicieron 13.000 triquiñuelas para que la noche de ayer fuera inolvidable y lo conseguisteis porque a pesar de que pensaba que tenía todo controlado no sabía nada de lo que la noche me depararía.

Porque hubo gente que se que hizo verdaderos esfuerzos por acudir, porque tengo un PEDAZO de vídeo con felicitaciones que me acercaron a tantísima gente y que de verdad no puedo explicar la ilusión que me hizo...porque me felicitó gente famosa(que los que me conocen saben que a mi el famoseo me chifla) y que sólo de pensarlo me pongo tan ñoña...

Y que siento si este post no es el más emotivo en cuanto a texto pero es que es la primera vez que me quedo sin palabras...

Querido CÁNCER, igual hay momentos en los que crees que podrás conmigo pero sabiendo a todos los que tengo detrás...VA A SER IMPOSIBLE, te lo aviso.

Os quiero y sólo quiero daros las gracias por formar parte de mi día, perdón, por formar parte de mi vida.

Olgadas del día:
- Tengo la mitad de la lista de invitados de mi boda hecha (ayer me sentí una novia en toda regla) y fueron gente que se merecen asistir a mi boda porque dieron la vida en la fiesta.
- Si algo he aprendido, hazte las fotos antes de salir de casa que luego no te haces ni una de las 50 fotos que tenías planeadas en tu cabeza y además las emociones te quitan el maquillaje y al día siguiente piensas "con lo mona que estaba yo en el espejo de casa y estas fotos no me hacen justicia".
- Ayer dí más besos que en mis 26 años de existencia, y me encantó.
- Y mil gracias por cumplir todos, y que haya conseguido que hasta mis papis acudan a esta fiesta de pelucas, pañuelos, sombreros...porque a más de uno les he enseñado una nueva forma de enfocar su look.

miércoles, 3 de abril de 2013

Mis primeras sesiones de quimioterapia

Bueno, tal y como os dije tenía pendiente contaros mis dos primeras sesiones de quimioterapia y aquí estoy dispuesta a no defraudaros y a marujearos todo.
Las sesiones de quimio yo las caracterizaría de rollo. Si, porque no es el hecho de ir a ponerte la medicación  intravenosa sino es todo lo que lleva consigo: los análisis previos que tienes que hacerte para que puedan darte la medicación, esperar a que te envíen la medicación, a que te toque...porque alucinaríais con la de gente que desgraciadamente hay en oncología pero que a la vez son un chute de energía sin querer porque aunque algunos están muy pochitos he de confesaros que la mayoría te sonríen y te ponen buenas caras aunque todos sepamos que lo que tenemos en común no es bueno, pero creo que en ese momento piensas "voy a sonreirle porque necesita una sonrisa más que yo" (y somos todos los que las necesitamos).

El día 25 fue mi primera sesión de quimioterapia. Allí entre una mezcla de nervios y de querer aparentar tranquilidad (por aquello de no preocupar a mis papis que me acompañaban incondicionalmente) me vi en mi consulta previa con mi oncólogo quien me dio el OK para poder darme la medicación. Después de un ir para aquí y para allá a farmacia a por las pastillas que me toca tomarme religiosamente como parte del ensayo clínico en el que participo (si, a mi que me gusta meterme en todos los jaleos y he decidido formar parte de un ensayo clínico que a mi no me supone mucho esfuerzo y si va bien podré ayudar a mujeres con lo mismo que yo en el futuro, algo que me anima un montonazo) me tocó ir al hospital de día y esperar a que llegara mi momento.

Hay dos opciones para que te pongan la quimioterapia: que te toque una de las habitaciones que hay o que te toque fuera donde puedes echarte amigos como el mío de la semana pasada, asi que para gustos los colores. El primer día la enfermera me mandó a una de las habitaciones y pareció que lo hizo a modo de premonición porque vino tanta gente a verme que aquello parecía el camarote de los Hermanos Marx y la enfermera tuvo que pedir permiso para poder entrar como si del metro se tratase.

Nota: Sé que hay mucha gente que le encantaría estar conmigo en esos momentos. Tranquilos porque yo creo que los oncólogos me han puesto las sesiones semanales para que podáis acompañarme todos. Y me gustaría resaltar la actitud de Ernesto porque es una de las personas con las que más me apetece compartir estos momentos y el pobre con tal de dejar que todo el mundo pueda estar allí se ha autorelegado a un segundo plano pero quiero que sepáis todos que está antes, durante y después, que está siempre y que con esos gestos hace que me guste aún más, si cabe (cuando me pongo tierna...)

Bueno, pues como os contaba, en lo que la enfermera me estaba preparando la medicación y yo me encontraba hablando con mi padre de toooodas las pruebas que debo ir haciéndome y demás casi por arte de magia aparecieron mis tres chicas del hospital: Lola, Carmen e Inma preparadas para transmitirme toda su fuerza y cariño una vez más en este camino. Al ratito, y con esto se confirma lo que os contaba antes de que en esa habitación no cabía ni un alfiler, apareció Frida, una amiga de mi hermana y de la familia entera que es enfermera en el mismo hospital en el que yo estoy y que justo trabajaba ese día y no quería dejar pasar la oportunidad de vivir conmigo mi primer ciclo de quimioterapia. Ahí nos dejaron a las dos marujeando de nuestras cosas y riéndonos mucho, luego se unió mi madre a nosotras hasta que llegó mi amiga Raquel para compartir conmigo la última hora de mi primer día de quimioterapia en el que sólo interrumpía nuestra conversación el pitidito que me avisa de que tengo que avisar a la enfermera para que me cambie la medicación.

Olgada positiva del post de hoy: coger mis ciclos de quimioterapia y transformarlos en mini ratitos con mi gente que estoy grabando en mi mente a fuego y que me encantan.

Y después de la quimioterapia, como tenía que volver por la tarde a hacerme otro análisis de sangre más, me fui con mis papis, con mi hermana, con Frida y con Raquel a comer a un restaurante de enfrente para celebrar que habíamos superado (y digo habíamos porque ha sido algo de todos) mi primer ciclo de quimioterapia.

Y así, después de superar mi semana de cumpleaños y de primer ciclo de quimioterapia llegamos al día 1 de Abril, mi segundo ciclo. Tengo que explicar que salvo un cansancio impresionante (que conociéndome lo marmotilla que soy se trata más de una excusa que de otra cosa) no he notado nada por ahora y os aseguro que cuando empiece a notar los efectos secundarios de la quimioterapia os lo contaré con todo el amor del mundo.

A mi segundo ciclo llegaba yo del brazo de mi madrugador novio dispuesta a hacerme los análisis previos para que el médico me diera la aprobación para poder darme la medicación que así fue. Mientras, entre los análisis y los resultados, me fui a casa de los abuelos de Ernesto que tengo la suerte de que viven al lado asi que me dio tiempo a desayunar y a echarme un ratito.

Cuando estaba esperando a que me llamaran para entrar a darme la quimioterapia llegaron mis visitas del día: María, con la que ya contaba porque al ser profe tenía el Lunes de Pascua; Celia quien ya había planeado con Ernesto darme la sorpresa de acompañarme en mi segundo día; y Paula quien pasaba por el hospital y decidió acercarse y darme un achuchón. Y a lo que se dedicaron los 4 fue a relajarme antes de que entrase, a hacerme reir, a conseguir que la gente me mirase con cariño viendo que aunque iba a darme una medicación que haría que mi tarde la pasara en la cama pochita en ese momento me la iba a poner con una sonrisa. Y así fue, dijeron mi nombre por megafonía y armamos tanto jaleo que parecía que me había tocado un premio (y ya lo tengo, son mi gente que o bien presentes o a través de mensajes o sólo con el pensamiento me arropan cada día, GRACIAS).

Y otra vez me tocó en una habitación, y se turnaron los 4 para ir estando conmigo, y aparecieron mis chicas del hospital a verme, la madre de mi amiga Celia que también quiso pasarse a darme un abrazo...y aunque tardaron un poco esta vez en darme la medicación (estuve hasta las 4 de la tarde) les dio tiempo también a mi padre y a mi hermana a disfrutar de mi día de quimioterapia que fue de lo más completo.

Quiero destacar que hay unas señoras (creo que son auxiliares pero no estoy segura) que pasan cada sesión ofreciéndonos a los pacientes sandwiches, yogures, zumos, agua...y aunque el primer día me fui a casa con el sandwich en el bolso y no valoré mucho su labor, si ayer no me llegan a dar un sandwich os aseguro que hasta las 4 sin comer me hubiera desmayado.

Y creo que no me queda nada por contaros. Llegué a casa, preparé comida para Ernesto y para mi (la quimioterapia aún no me ha quitado el apetito) y como ya os he dicho me pasé la tarde durmiendo bajo la atenta mirada de Ernesto.

Y estaba deseando contaros mis primeras sesiones para ponerme ya al día porque quiero que sepáis de corazón que a vosotros os gustará leerme pero a mi esto de desahogarme y contar lo que siento es una de las mejores medicinas.

Quizá tenga razón el Doctor Sánchez Martos y la estimulina va a ser la mejor de las medicinas...

Por cierto, hoy hace un mes que abrí mi blog y es una de las cosas de las que más orgullosa me siento de toda mi vida...GRACIAS A TODOS LOS QUE HACÉIS ESPECIAL ESTE MI RINCONCITO, GRACIAS A TODOS LOS QUE ME PROMETÉIS QUE ME VOY A PONER BIEN.